La situación económica no es fácil para nadie y no envidio a quienes no pueden llegar a fin de mes. Pero, y que me perdone si alguien me lee en precario estado bursátil, de ahí a vocear “Por caridad, por caridad, una ayudita”….¡¡¡No señor!!!!, ni aunque usted sea pobre se le debería permitir gritar por la calle, increpando una ayuda. Eso no es dar lástima, lo que me dan ganas es de gritarle al oído “por favor cállese de una vez, yo le compro un bocadillo pero se me calla”.
A mí esta gente no me da ni pena sino asco, como los que enseñan sus miembros llenos de cicatrices o la falta de alguna extremidad. Esto es más bien una técnica disuasoria que invita a cruzarse de acera o no mirar al individuo.
A mí me molestan igual los que vocean a las 6 de la mañana que estos que me increpan casi insultándome con su sola imagen.
Silvia
