Los que se atreven a decir las verdades son tomados a risa, hace pocos días escuchaba unas declaraciones de E. Cerdá, premio nacional de genética año 2011, sobre el exceso de profesorado incompetente que hay en la universidad de Sevilla. Y se quedó tan tranquilo, sonriendo y repitiendo sus palabras.
Explicaba que casi cualquier tonto que llegara a esa universidad, a los departamentos que él conoce bien, podía quedarse tras ser becario de investigación, que los becarios extranjeros llegaban a la ciudad atraídos por el turismo más que por otro aliciente y con los mismos motivos se quedaban consiguiendo trabajo de profesor en una ciudad agradable aunque no dominaran el castellano para explicarse en clase. Una vergüenza.
Los puso a caer de un burro.
Y ciertamente he encontrado varios apellidos extranjeros en los departamentos de genética y física molecular, no sé si precisamente éstos profesores son los que hablan castellano mal.
Ahora bien, esos zotes lingüísticos mejor ahí que en filosofía y estética. Hay que dominar la lengua en la que se expresa uno, eso sí que debería ser tan obligatorio como usar cubiertos en la mesa.
Silvia
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