3 feb 2012

Oriente

Sí los magos llegaron de Oriente, lo cuenta la historia antigua y fue un hecho.
Desde más allí ha aterrizado en la sede Rumi, rara según nuestros cánones, y es que ha llegado desde Matsumoto, del Japón interior.
No sé cuanto tiempo lleva co-trabajando conmigo pero sí que ha tenido el detalle de invitarme, invitarnos, a dulces a todos los que acudimos a la reunión de bienvenida de este año. No sabíamos si todos debíamos coger dulces, con aspecto blando y blanquecino, porque íbamos a dejar la caja vacía pero en agradecimiento todos comimos maseta empalagosa. Y ninguno de nosotros tuvo la delicadeza de corresponder ni con un café de máquina. Ella sí correspondió con su tarjeta de presentación.
Era la única atenta a la explicación de objetivos, consentía con la cabeza sin cesar mientras nosotros nos lamentábamos del empeoramiento que se nos avecina.



Rumi es dedicación y delicadeza en las formas, que las conserva todas, siempre ofrece buena cara excepto cuando se concentra ante la pantalla.
Incluso sus respuestas evasivas las da con una sonrisa. Resulta un personaje atractivo por diferente.
A ver si la invito a casa y se desmelena conmigo.

Silvia

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