Estoy hecha mierda, esto parece un egoblog. Joder.
Ayer entré por tercera vez al Pabellón de Aragón y el sentimiento se me vino arriba -no me sirve ahora la cocina cajún- necesitaba la bravura y retumbar del tambor, la catarsis del salir del cuerpo para hacerme energía sonora.
Silvia
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