3 may 2007

Mamá estás invitada

La dieta mediterránea debería ser patrimonio de la humanidad. Los ingredientes de esta franja terrícola se encuentran en muchos países pero el españolito -tan limitado él- nunca lo reconocerá, y venga a alabar a la tortilla de patata!.
Hoy quiero apuntar aquí una receta de cocina criolla: codillo con verduras, guindilla y clavo. La aprendí hace años y desde entonces sólo la he cocinado para personas especiales, para esas comidas que prometían largas siestas.


Ahora este espectacular guiso se lo reservo a mi madre a quien he vuelto para decirle que fue una valiente, que si un día me porté mal con ella fue por motivo de mi adolescencia tardía y renegona, que me alegra verla tranquila, que los duros tiempos de mi niñez han servido para ver en ella una súper mujer.
Mamá untaré tus platos y pasearé contigo siempre que quieras, sólo ahora me doy cuenta de todo cuanto hiciste, y qué suerte tuvimos las dos de no encontrar ningún gen de color mulato en mi pasado.  Qué decidida fuiste mamá, criarme sola ante la mirada corta y acusadora de aquellos pueblerinos –¿o debería decir villanos?-, como si yo fuera una mancha humana. Podías haberme abandonado o fingir que nací sin vida o darme a la iglesia –ahora que se están destapando feos casos de secuestro y venta de bebés-; Pero decidiste seguir adelante sin mirar a los lados, bajar la cabeza y fregar más de lo hubieras pensado, madrugar y trasnochar para tener un sobresueldo. Recuerdo que yo apunté el precio de las matrículas y los libros desde el instituto a la universidad para devolverte la suma tan pronto encontrara un trabajo. Mi única manera de hacerte ahorrar eran mis matrículas de honor que nos libraban de pagar en el curso siguiente.
Todo el esfuerzo ha servido para algo, ahora puedo mirarte a la cara y sentirme satisfecha y hacértelo sentir a ti.
Mmm, para este finde voy a guisar mi codillo estrella.
Silvia