18 jun 2010

All bran Osborne

La simpatía china no se encuentra en el alma del mediterráneo jocoso y hastiado. No soy étnica precisamente ni amante de otras culturas sólo porque sí, si no que han de convencerme y los chinos lo han conseguido por su simpatía. Entro a un bar de chinos y me sonríen, a una tienda multiservicio y sonríen, las de ropa baratilla y sonríen. Todos sonríen.
Y los dependientes autóctonos se muestran  asqueados y aburridos, y yo siendo cliente me tratan con desdén.
Un ejemplo: la semana pasada fui recoger unos papeles a Cepyme, y la que me atendió dejó manifiestamente claro que no había desayunado cereales para el tránsito digestivo. Un poquito de fibra por favor!, toneladas de fibra y alégreme usted la cara.



Casi cualquier extranjero tiene mejor humor y más risas que la gente aborigen española, y a veces dan ganas de irse de aquí por sus malas caras, sus frenazos en la calle, quejándose de todo dando voces. No sé cómo seguimos siendo un país que atrae turistas, cuando todos esos millones de personas que llegan a los aeropuertos descubran otros lugares más amables, entonces los elegirán a ellos y con toda la razón.
Así la piel de toro se quedará sólo para los españolitos, y la tortilla de patata toda para los españolitos, y el palillo mondadientes será la estampa que acompañe al famoso toro osborne.

Silvia