26 ene 2012

Lo masculino o el egoísmo absoluto

Son así, no hay mejora posible y los hombres son egoístas en esencia. Hace pocos días leía de la periodista Carmen Chaparro cómo los hombres desconocen la facilidad de darse a los demás y la abnegación. Lo mismo describen no pocas intervenciones en los TEDx around the world.

Será porque me crié entre mujeres, vecinas y amigas de mi madre o porque mi experiencia con los hombres fue nefasta en sus orígenes pero no alcanzo a entender ni a compartir el sentimiento de egoísmo, de unidad, de especialización y diferenciación que tienen los hombres.  Ellos piden y piden y luego exigen, y cuando ya parece que nada podía ir peor, entonces usan de los demás y requieren a quienes tienen cerca (quienes les soportan en sus pedimentos, dicho sea de paso).
Así nos va en esta sociedad tan avanzada y tan exitosamente metacomunicativa volcada en los medios y cuyas relaciones sociales se pueden contar por “me gustas”.

El hombre siempre fue armadillo en sus relaciones sociales, encerrados en si mismos, egoístas por formación y hasta genéticamente interesados. El hombre exige, toma, conquista, se apropia, manda sin pensar, es decir sin un plan.



Creo en el evolucionismo del género femenino, por tanto también en aquellos varones con un alto grado de feminidad en su haber. Se nace y se mejora. Se nace, se nace, se nace.
La mujer es vista en muchas ocasiones como una asistente para estimular la vida interior del varón, y a su soldadito, siempre una asistenta en la casa, en la cama y en la vida.
El hombre juzga en el presente y su adaptabilidad es nula. Y tristemente estamos rodeadas de nulidades.

Silvia

9 ene 2012

Regresión

A veces Natalie baja a charlar a casa, muchas se queda y preparo algo de cena. Hace tres años que nos conocemos y sólo hoy se ha atrevido a decirme que ya antes de nacer tuvo un trauma. Digamos que el mundo se le ha desbaratado: sus padres en la setentena se están separando, ella rememora la infancia, otros hechos terribles y además es época de buenos propósitos.

Tiene miedo de revivir su traumática vida intrauterina y pánico a tener un hijo.
Lo cuento aquí por si alguien pudiera darme más datos:
Ocurrió que durante su gestación tuvo un hermano gemelo junto a ella pero en el cuarto mes Natalie se apoderó de la vida de su gemelo in útero, quizás luchando por sobrevivir ambos. El otro nació al quinto mes, sin vida.  Ella, la vencedora, continuó en el habitáculo hasta el final naciendo oronda y espléndida.
Está deshecha ahora, siente que le arrebató la vida su hermano, que en ella viven dos, que su alma es doble, que tiene una dualidad interna que no la deja progresar.
Se pregunta qué pasó en el líquido amniótico durante su vida compartida. Así que ella tiene miedos –joder, claro-.
La idea de tener una cara sin vida apoyada en mi espalda es terrorífica, dejar de sentir los otros latidos ….agggg.



He oído hablar de regresiones, del uso de música en ondas alfa. Y si invitara a mi vecina a una sesión así? Quizás la ayude a superar ese trance.

Silvia