26 ene 2012

Lo masculino o el egoísmo absoluto

Son así, no hay mejora posible y los hombres son egoístas en esencia. Hace pocos días leía de la periodista Carmen Chaparro cómo los hombres desconocen la facilidad de darse a los demás y la abnegación. Lo mismo describen no pocas intervenciones en los TEDx around the world.

Será porque me crié entre mujeres, vecinas y amigas de mi madre o porque mi experiencia con los hombres fue nefasta en sus orígenes pero no alcanzo a entender ni a compartir el sentimiento de egoísmo, de unidad, de especialización y diferenciación que tienen los hombres.  Ellos piden y piden y luego exigen, y cuando ya parece que nada podía ir peor, entonces usan de los demás y requieren a quienes tienen cerca (quienes les soportan en sus pedimentos, dicho sea de paso).
Así nos va en esta sociedad tan avanzada y tan exitosamente metacomunicativa volcada en los medios y cuyas relaciones sociales se pueden contar por “me gustas”.

El hombre siempre fue armadillo en sus relaciones sociales, encerrados en si mismos, egoístas por formación y hasta genéticamente interesados. El hombre exige, toma, conquista, se apropia, manda sin pensar, es decir sin un plan.



Creo en el evolucionismo del género femenino, por tanto también en aquellos varones con un alto grado de feminidad en su haber. Se nace y se mejora. Se nace, se nace, se nace.
La mujer es vista en muchas ocasiones como una asistente para estimular la vida interior del varón, y a su soldadito, siempre una asistenta en la casa, en la cama y en la vida.
El hombre juzga en el presente y su adaptabilidad es nula. Y tristemente estamos rodeadas de nulidades.

Silvia

1 comentario:

  1. Yo pienso que esto es una opinión basada en un generalismo apresurado. No todos tienen a un egoísmo absoluto.

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