30 dic 2012

Escapismo

De todas formas, lo que vemos en la televisión se vive a otra escala en el barrio. Ahí va una colección de respuestas que siempre vienen bien para salir airosamente de atolladeros.

a)    negar la evidencia:
-       Oiga,  que le he visto meterse la lata de atún en el bolsillo.
-       Me está insultando.

b)    apelar a los correligionarios:
-       Qué cara, llega la última a la fila y se quiere colar.
-       (todos a coro) eso, a la fila, eh, usted deje pasar a los primeros

c)    mantener la presunción de inocencia:
-       es que en el taller no me dieron factura, no sé, yo dije que no necesitaba el papel…

d)    no dimitir nunca:
-       que no, que no me bajo yo del autobús
-       oiga, que no hay más asientos libres y todas las personas han de ir sentadas y atadas
-       no me bajo, si quiere llame a la policía, estoy en mi derecho de subir al autobús



e)    hacerse la víctima:
-       ¡se me han saltado en la lista del médico!, estos funcionarios que no saben ni tomar nota, para eso están para cobrar por estar aquí y no preocuparse de hacer bien su trabajo

f)     acudir a todos los festejos:
-       me duele todo, pero al final fui, he pasado una noche malísima con dolor de huesos y no he dormido nada pero fui porque me lo pidieron, yo por hacerles un favor.


De manera que no es necesario ser hipócrita ante hechos político delictivos, basta con aceptarse tal como somos: unos defraudadores cada vez que podemos.

Silvia

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