14 may 2012

Cool hunter


No es necesario de ir cacería a Kenya (ni Bostwana) para matar grandes animales prohibidos y en extinción. Esto lo he presenciado yo, con mis ojo: un pago extra en la agencia de viajes para cazar furtivamente.  Ahora veo ese carácter oculto del zaragozano, esas ansias de cazador de grandes mamíferos, de embutidos de elefante y chuleta de león.
Grandezas y aspiraciones de todopoderosos: dejarse ver más alto que una jirafa, volver y contar sus hazañas. Para esto sirve el dinero a quienes les sobra: para alardear.
Cada cual presume de coche, de implante capilar, de trajes regalados, de chaletes y palacios, de escapada sin parienta, de enfermedad venérea, de collar de marfil, de sociedades en B, de hijas secretas y de lavar y blanquear –¿ropa?- a 60º.

A los cazadores que yo ví sólo les faltaba una keniata al lado chupándosela, una diosa de ébano que seguro pagarían para tenerlas a pares. Y luego, los del rifle quedarán en gracia con el Altísimo por haber ayudado a una comunidad africana con sus dólares y en particular con las chicas mutiladas por ablación.




Los verdaderos cazadores no son los que mejores armas poseen sino quienes con un tirachinas son capaces de llevar comida para toda su prole.
Silvia

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