1 may 2012

Mobbing laboral


Ya no existe, ya nadie tiene un jefe que le fastidia su jornada laboral, ni un compañero trepa que minimiza al resto y se cuelga medallas impropias.
Misteriosamente no se ven casos de acoso, como tampoco se veían en Auschwitz. Y no será porque todo va bien, quizás porque es mejor no quejarse o vas directo al crematorio del desempleo. (No lo digo desde el desconocimiento, he pisado ese suelo empañado en sangre y olido el espanto que producen sus barracones. Permitidme, esta licencia en la composición de hoy).

Silvia

1 comentario:

  1. En la sociedad del pánico, el acoso se ha convertido en la norma y los trepas, quizás los más asustados o tal vez solo los más cobardes, se desviven buscando que la mirada condescendiente del jefe se pose sobre ellos.

    Los pobres, no saben que como en Auschwitz, el terror es sistemático y no hace excepciones.

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