19 jun 2008

19 junio 2008

Van ya cinco días de Expo, donde el tiempo corre en gerundio: esperando, acabando, llegando, ensayando, finalizando, etc., donde se dan últimos retoques con pladur, se cubre y se improvisa. Se sonríe y mucho, sobre todo se sonríe a la prensa y al visitante.

Ayer fue el día de Qatar. Si sumo lo que ví del país y todo lo que V me cuenta me apetece muchísimo ir de vacaciones, V siempre me habla de la potencia del desierto, de la belleza dunar y de su avance.  Y a mí me atrae más el poder del dinero que es capaz de cambiar el destino de todo un país. 
Los países como Qatar, Emiratos o Yemen me movilizan por dentro, me pregunto cómo será la psicología masculina en estos países árabes donde los hombres -aún menos que aquí- no aceptan otra idea que no sea suya y menos proveniente de una mujer.
Vimos a Mayumaná por la noche y llegamos a su casa con el ritmo de los timbales en el cuerpo. Me contó los avances de plot 28, donde toda la sociedad zaragozana está embarrada hasta el cuello y mientras se apagaban las luces de la expo derretimos unos gintonics. Quedamos hoy para comer en el pabellón de Francia, j’adore les fraçaises.

Hoy la lían los medios con el número de visitas, visitantes, tickets, pases, personal habitual, trabajadores, etc. Y venga a darle vueltas a cifras inventadas, la organización dijo que llegar a los 6 millones de visitantes sería un éxito rotundo. Luego los medios y las habladurías dicen 6,5 millones, nooo 7, el otro sube a 10. ( El Periódico, 19 junio).  Yo creo que una cifra de 4,5 ya puede considerarse de éxito, sí señor: un 70% de éxito. A mí casi cualquier cifra me parecería exitosa ya que no contábamos con experiencias piloto ni antecedentes (la expo del siglo anterior no es comparable, punto), de manera que -entiendo- se ha partido desde cero para llegar y salir airosos.



Por cierto, menos mal que ha descendido el nivel del Ebro, qué susto hace diez días toda la ciudadanía y los medios alarmados con el agua…y lo mejor es que el parque es naturalmente inundable por tanto obedece a las aguas altas, idas y venidas de agua. ¡Señora, que esto es así, el río tiene su  proceso natural, en esta ocasión el parque se inunda no porque los paisajistas/urbanistas sean inútiles sino porque han respetado al río .!

Silvia

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